Y ese trabajo que tanto maldecí y que tanto me gustó, definitivamente, terminó

Habría ideado un método, nítido y sereno como siempre pero más profundo y sugerente, para transmitir no solo lo que la gente dice sino lo que deja sin decir; no solo para expresar lo que son las personas sino lo que la vida es. Se habría mantenido más apartada de sus personajes y los habría visto más como un grupo, no tanto como individuos separados. La sátira, aunque puesta en juego con menos frecuencia, habría sido más estricta y severa. Habría sido la precursora de Henry James y Proust. Pero ya basta. Vanas son estas especulaciones: la más perfecta artista entre las mujeres, la escritora cuyos libros son inmortales, murió "justo cuando empezaba a sentir confianza en su propio éxito".

-Virginia Woolf sobre Jane Austen, ensayo presente en El lector común