Leamos Bereth II

Y continuamos leyendo Cuentos de Bereth. Bueno... continúo leyendo Cuentos de Bereth, porque la vida de Mike es tan poco interesante que no tiene cosas mejores que hacer no es tan ocupada como mi vida de estudiante de bachillerato (¡suertudo él!) y él ya se lo ha acabado.

Pero como esto no nos interesa, pasemos a la cuestión central.

Previously, on LEAMOS BERETH...

Aviso: SPOILERS.

Y muchos, porque no me limitaré a analizar los capítulos como si fuera una reseña.

Capítulo 8: El Baile

OH-DIOS-MÍO. La familia de Duna (Aya, Cinthia y ella misma) es invitada al baile que se celebra en palacio en honor al vigésimo cumpleaños del príncipe Adhárel.

Sí, sí. Adhárel. El príncipe rubio que parecía un engreído pero que es un cielo con Duna y que es demasiado perfecto, el mismo.

Pues ni Duna, ni Cinthia ni Aya se lo creen. ¡Son unas campesinas que se dedican a fabricar cestas! Obviamente, las dos muchachas se emocionan y saltan de alegría ¡Hay que comprar un vestido...! Y Cinthia es la única que acaba con uno a falta de dinero... Duna se quedará con uno de cuando Aya era joven (la suerte de la edad medieval-moderna, la moda no cambiaba y no había hombreras ni faldas de cuero veinte años atrás).

No todo podía ser tan maravilloso: Lord Guntern invita a Duna a ir al baile con él. Y como es su prometido... ugh.

En fin, sé fuerte, Duna, ¡que en el baile serás la Cenicienta de Adhárel!

¿Y qué puedo decir más? ¡Qué capítulo más bonico, coñe! Aunque al principio me aburrió un poco, ¡el resto es perfecto! Desde el vergonzoso comportamiento de Lerdi Gunterino hasta la escena de la fuente de Calíame.

Pero no todos los bailes tienen un final feliz.

Capítulo 9: Sombras en la noche

De repente todo parece complicarse: los belmontinos salen de debajo de las piedras, a los príncipes les da una gastroenteritis y a Duna casi la degolla un joven que ha entrado a robar a casa de Aya mientras estaban en el baile. ¡¡Si no hubiera sido por el sartenazo de Cinthia, emulando a nuestro extraterrestre favorito...!!

En definitiva, un capítulo corto y lleno de intriga del que poco se puede decir, ¿qué hará la familia con el ladrón?

Capítulo 10: El ladrón

¡Oh, cielos, el ladrón despierta! ¿Quién será? ¿Qué quería? Comida y dinero, parece, o eso confiesa tras un par de guantazos propinados por Aya (personaje que, dicho sea de paso, me recuerda mucho a Amma, de Hermosas Criaturas). ¿Su nombre? Sírgeric. ¡Y lo dejan completamente maniatado!

A la mañana siguiente, las dos muchachas se van por la mañana bien prontito a cumplir su rutina: Cinthia, a la escuela (porque ella es buena chica y no la ha liado parda tirándole la silla y el pupitre a la cabeza de la profe replicando a la profesora) y Duna, a palacio. ¡¡Y dejan a Aya sola con Sírgeric!! Oh, Dios mío, alguien va a acabar asesinada...

O no. Parece que Aya sabe mucho más de Sírgeric de lo que él pensaba. ¿Cómo ha podido saberlo? En fin... pero eso no es lo más fuerte: Aya le ofrece un hogar a Sírgeric... y éste acepta.

¡QUÉ FUERTE! Me gustó mucho éste capítulo porque no me lo esperaba, la verdad. ¡Y ya se veía a venir el juego que daría este personaje!

Capítulo 11: Uno más en la familia

Claro que... ¿alguien ha pensado en Duna?

Ya respondo yo: POR SUPUESTO QUE NO. ¿Es que alguien piensa en ella, aparte de Adhárel -o al menos lo parece-? Primero, Lerdi Gunterino, ahora, el degolla-Dunas en casa. Bien, vamos mejorando. Aya, cielo, te estás coronando, ¿eh, bonita? Cinthia se lo toma bien, sin embargo (normal, a mí me da que le hace ojitos al pelirrojo ladrón), pero Duna, no tanto.

Para colmo parece que Adhárel, que la ignoraba después del baile, ahora le ha dado por jugar con ella: no para de pedirle recados, de tenerla limpiando alguna habitación donde él esté... y encima le encarga a su familia como un millón de cestas para palacio.

Pero bueno... Duna descubrirá que, tras defender a Aya de Lord Guntern, Sírgeric no es tan mal chico como ella pensaba... Un problema menos.

Capítulo 12: Secretos de príncipes y ladrones

El ejército de Belmont sigue avanzando... Perfecto, un dolor de cabeza más para Adhárel y otro asunto que le trae al pairo para Dimitri. Y después de la reunión, nuestro príncipe rubio mantiene una conversación intimista con su mano derecha (oh, cielos) Barlof: Duna le gusta. O algo así. Al príncipe le gusta la doncella, ¡como si no lo hubiéramos visto a venir! Eso sí... ¡qué dulce! Verdaderamente como un cuento de hadas.

No obstante... Adhárel parecerá muy perfecto, pero le he encontrado un defecto: muchas luces el chavalín no tiene. A ver, que tal vez la corona le corte el riego sanguíneo: si te gusta una criada, no la obligues a limpiar a tu alrededor, o dicha criada acabará hasta el moño.

De mientras, Cinthia sale a comprar al mercado, y Sírgeric con ella a escondida de Aya... ¡Pero si no hubiera llegado a ir...! El exladrón la salva de unos hombres que pretendían robarle/violarla/de todo un poco gracias a... su secreto. Secreto que, sinceramente, llegué a descubrir cuando se acercó el momento de la verdad; así que una vez sucedió pude exclamar: YA LO SABÍAAAA, YA LO SABÍAAAA ♪

No obstante, sigue siendo muy fuerrrrrrrrrte.

Capítulo 13: La poesía real

¡Y aquí se ponen las cartas sobre la mesa!

Nuestra Duna, hartita ya de los caprichos del príncipe rubio, le suelta unas cuantas palabritas sobre su presunto egoísmo y su jueguecito de criadas. ¡Y él sincera su corazón!

Duna, obviamente, no cree ni una palabra. ¿El príncipe de Bereth, futuro rey y soberano, enamorada de ella, una simple campesina hija de una esclava? Imposible.

Pero en realidad va en serio, Duna acaba creyéndole y a ella tampoco le desagrada demasiado, precisamente, Adhárel.

El príncipe, finalmente, la nombra su doncella personal para poder estar más tiempo con ella sin que se mate a trabajar ni él tenga que inventarse más tareas estúpidas. Luego, la invita a la sala de la Poesía Real...

Pero, como no, un día tan maravilloso no puede acabar de forma maravillosa... pronto se descubrirá que Barlof es un traidor.

¡Otro capítulo genial! La cosa se anima bastante y acaba enganchando aún más y más... ¿Barlof es el traidor? ¿Barlof es el encapuchado del primer capítulo?

Capítulo 14: "Cuidad de él"

Y llegó la hora de colgar a Barlof en la horca tras su crimen de alta traición.

Adhárel lo lamenta, pero las pruebas son irrefutables. Duna desconfía de que él sea el verdadero traidor... Y más extraño se vuelve todo tras sus últimas palabras y el grito de uno de los sentomentalistas más pequeños del reino "¡¡Él no es el traidor!!".

Peor se torna la situación cuando, tras la ejecución, Sírgeric va a buscar leña al bosque y se encuentra con dos encapuchados.

1ª reacción al leer lo de los encapuchados:

2ª reacción: ¡¡OHDIOSMÍOESDIMITRILOSABÍALOSABÍALOSABÍA!!

Sírgeric corre, corre y corre tras ser descubierto... pero pronto se presenta la Guardia Real y se lo lleva.

¿Y cómo me quedo yo? QUÉFUERTEQUÉFUERTEQUÉFUERTEQUÉFUERTE

Capítulo 15: Planes

Y como no podría ser de otra manera, Dimitri no tarda en meter cizaña.

"Un espía belmontino sentomentalista refugiado en casa de Duna Azuladea" le dice a Adhárel.

"Adhárel ha sido secuestrado" le dice a Duna.

¿Y yo que digo? ¡¡ZORRA!! ¡¡Es más víbora que el criado gay de Downton Abbey!! (Sí, hablo de Dimitri).

Pero empieza lo bueno, amigos, Cinthia y Duna parten hacia la liberación de los hombres que aman (o que parece que aman) y Aya se queda más sola que la una.

¿Qué nos deparará la segunda parte de la novela?