Del fin de una trilogía que aún no he empezado

Tengo muchas noticias más que anunciaros y tengo muy poco tiempo. ¿La razón? Que tengo una profesora de matemáticas que debe de odiarnos con cada glóbulo rojo de su sangre y que pone deberes como si no hubiera mañana si sólo cursáramos si asignatura.
Pero supongo que si estáis leyendo éste post, no será para leer sobre mis penas numéricas ni sobre si me pica el dedo gordo del pie y me lo rasco con los dientes porque soy más chulo que un ocho (que no lo hago ni en sueños, pero parece que se ha puesto de moda postear sobre sinsentidos, con algunos hipérbatos y galimatías varios), si no para ver la portada de Los Versos del Destino, tercera y última parte (que yo sepa y si no se convierte en una de ésas trilogías que acaban siendo tetralogías) de Cuentos de Bereth, del joven escritor –aunque él diga que de joven, nada- Javier Ruescas.

Y como me siento generoso (y no tengo ganas de hacer los deberes) también os dejo la sinopsis, que no pienso leer porque no me he leído ni el primero ni el segundo (y no por falta de ganas, todo sea dicho).

La guerra está a punto de desatarse en el Continente. Los reinos del Sur se alían bajo las órdenes de Dimitri, quien amenaza con reunir un ejército sin precedentes y cobrarse su ansiada venganza. Adhárel, tal y como las Musas auguraron, ha compuesto la Poesía que podría cambiar el destino de todos. Y mientras tanto, al Norte, la joven Lysell se prepara para descubrir quién es, enfrentarse a su pasado y asumir su papel en un mundo plagado de trampas, peligros y desafíos.

¿Fecha? Se dice que entre el 4 y 6 de abril de éste mismísimo año 2011.

(P.D.: Sí, me gustan los incisos aunque a vosotros no os importen)