Reseña: SHOW [ PLAY #2 ]

LA RESEÑA CONTIENE SPOILERS DE PLAY HASTA SU MITAD

Título: SHOW
Título original: SHOW
Autor: Javier Ruescas
Publicación: ya a la venta
Editorial: Montena
ISBN: 9788415580560
Precio: 16,95 €
Páginas: 473
Edad: + 14
Saga: trilogía
Película: puede!
Sitio web: http://www.playlanovela.com/
Ilustraciones: no tiene
Encuadernación: tapa blanda con solapas
Punto de vista narrativo: 1 ª persona en pasado
Sinopsis:

Cuando tu vida se convierte en un espectáculo, tus secretos ya no te pertenecen.

Desde que se descubrió la verdad sobre Play Serafin, las vidas de Aarón y Leo no han vuelto a ser las mismas. Leo, de regreso en España, se presenta a todos los castings que surgen, sin demasiado éxito, mientras que su hermano pequeño, ahora solo en Nueva York, intenta hacerse con las riendas de una vida que ni quiere ni considera que le pertenezca.

La llegada a Develstar de una nueva artista, Zoe, una virtuosa del violín, le devolverá a Aarón la ilusión que creía perdida. Pero su aparición no es casual: Develstar quiere organizar un reality show como nunca antes se ha visto, en el que el público podrá conocer a fondo a sus estrellas. Y están dispuestos a hacer lo que sea para que Aarón participe en él...

Nota: 4,5/5

Reseña: Aarón, tras los desastrosos sucesos desencadenados por su hermano Leo, cual Rapunzel en su torre, está atrapado en Develstar por más de año y medio y, por si fuera poco, se ha convertido en la imagen oficial de Play Serafin. Efectivamente, se acabó el engaño, Leo ya no es la cara y Aarón ya no es la voz: ahora, Aarón es cara y voz y Leo... Leo patrocina la marca de yogures que toma su abuela.

Con este panorama, Aarón soporta el enclaustramiento y la fama tan bien como puede y Leo, de vuelta en Madrid junto a su novia Sophie, intenta lidiar con el hecho de que, aunque ya no volverá a ser una persona anónima, jamás volverá a disfrutar de la celebridad de la que gozaba pocos meses antes.
¿Podrían ir las cosas peor para los hermanos Serafin? Por supuesto: el silencio de Develstar no hace más que enfurruñar y preocupar al más joven (¿cuándo piensan explotarlo como hicieron con Leo? ¿qué estarán tramando?), y anunciar yogures sanos para el intestino, por mucho que su representante considere que es buena idea, no le satisface al rompecorazones de Leo.
Al menos, la llegada de Zoe a Develstar, una talentosa violinista con un ritmo frenético en las venas, alegrará un poco el cautiverio del joven Aarón... al menos hasta que la malvada discográfica descorche la sorpresa que lleva meses preparando.

Y es que, cuando te pasas el día siendo una persona que no eres, ¿qué diferencia existe con serlo o no?

FIN DE LOS SPOILERS

Ding-ding-ding-ding-ding, suenan las tragaperras cuando el afortunado jugador gana el Jackpot. Ding-ding-ding-ding-ding sonó en mi cabeza cuando giré la última página de SHOW y vi que, realmente, esas palabras eran las últimas de la segunda entrega de la trilogía PLAY; y sonó porque, una vez más, Ruescas lo había conseguido. De acuerdo, lo reconozco, al empezar la novela tuve mis dudas, pensé que no me gustaría, que a Ruescas se le estaba yendo de las manos, que los protagonistas se habían convertido en algo estereotipado y que la introducción de Zoe, quien me ponía francamente histérico, no ayudaría demasiado. Dicha sensación no duró más que unas cuarenta páginas. Oh, fool of me!, ¿cómo pude siquiera pensarlo? Cuarenta páginas era lo que el joven escritor necesitaba para introducir la historia, retomarla y crear ciertas sensaciones para luego derrocarlas.


La prosa de Javier Ruescas ha experimentado una ligera mejora desde su última novela, al menos desde mi punto de vista, con elipsis y saltos temporales que antes no había apreciado en su escritura (y es que, creedme, la temática de esta entrega hace más que necesarias estas técnicas que cuanto más perfeccionadas estén, mejor). Así pues, la narración de Ruescas cada vez resulta más natural y resuelta, es fluida y clara, sin excesivos adornos ni aparatosa, cumple su función a la perfección y da gusto leerla. Respecto a las descripciones, estas son como la misma prosa: adecuadas, exactas, sencillas y precisas, no hay ninguna que sobre ni tampoco que falte; se agradece leer un libro de literatura juvenil con este tipo de descripciones y narración, ya que muchos de ellos, por eso de no aburrir al público, se concentran en los diálogos y dejan que el resto de aspectos sean algo burdos y queden desaliñados. ¿Y sobre el ritmo? Algo desigual, pero tan solo al principio, después, la novela coge carrerilla y ya no nos bajamos de ese Bugatti en que se transforma el libro hasta que nos topamos con el desenlace.

Ahora toca hablar de lo mejor de toda la novela: los personajes. A causa de las circunstancias que se desarrollan y que sientan la base del conflicto de esta entrega, Ruescas introduce una pintoresca variedad de personajes, unos más agradables que otros, que harán las delicias del lector, o que al menos a mí me han conquistado totalmente: desde las odiosas hermanas Leroi hasta los integrantes de Three Suns, pasando por Kim-Kim, Shannon y Camden; todos y cada uno de ellos ha conseguido llegarme, ya fuera por ser completamente insoportables o por arrollarme con su simpatía y su buen carácter. Por no hablar de Zoe, la cual, aunque al principio no me parecía otra cosa que la típica omg-mira-qué-chupi-y-alternativa-soy, ha logrado cautivarme. Oh, y no quiero olvidarme de Icarus: qué marcha, qué poderío, qué chapeau.

¿Y sobre los hermanos Serafin? Como recordaréis, al principio de la reseña indicaba que temía que se hubieran encasillado en sus personalidades y no fueran a salir de ahí (Aarón haciendo constantemente referencias eclécticas y Leo haciendo su primera aparición comprando condones), pero me llevé un buen guantazo cuando comprobé que, a medida que avanzaba la historia, no podía esperarme esto de los dos protagonistas; efectivamente, notaremos cómo sus caracteres evolucionarán, llegando a hacer cosas que no nos esperaríamos de ellos, en definitiva, cosas que nos sorprenderían... para bien.

¿Sobre el final? Mis labios están sellados, es mejor que disfrutéis de él vosotros mismos (aunque debo decir que para mi gusto es algo precipitado, pero acepto esa rapidez porque es necesaria).

Así pues, SHOW mantiene el nivel de su predecesora e incluso, para mí, llega a superarla con creces. Javier Ruescas, de nuevo, se marca un tanto y nos demuestra que está aquí para quedarse. Tensión, nervios, embrollos, falsas apariencias y magnetismo es lo que nos encontraremos en la segunda parte de la trilogía PLAY, ingredientes que, junto a unos nuevos personajes que llegarán de una manera u otra a los lectores, propiciarán una mezcla explosiva. Si ya le disteis al PLAY, ahora el SHOW debe continuar.

El autor: Javier Ruescas

Javier Ruescas Sánchez nació el 14 de diciembre de 1987 en Madrid. Tras cursar sus estudios de primaria, ESO y bachillerato en el mismo colegio, decidió probar suerte en Ingeniería de Montes. No duró ni 6 meses. Tras valorar diferentes opciones decidió que lo que más le convenía era estudiar Periodismo; carrera en la que se acaba de licenciar.
Comenzó a escribir a la temprana edad de 11 años, y a los 15 ya enviaba sus manuscritos a las diferentes editoriales que pudieran estar interesadas en su trabajo, sin más resultado que unas cuantas respuestas negativas.
No fue hasta 2009 que su primera novela vio la luz. De temática juvenil fantástica, la trilogía Cuentos de Bereth le situaría en el panorama literario juvenil actual como uno de los escritores españoles más jóvenes.

A parte de escribir, Javier es el diseñador y director de múltiples páginas webs relacionadas con la literatura juvenil que le han reportado fama mundial. Creó el primer site oficial de Peter Pan en español y más tarde el de La Saga Crepúsculo, de Stephenie Meyer (www.crepusculo-es.com) y el de Ghostgirl (www.ghostgirl.es), entre otras. Además, trabaja como reportero y maquetista en la conocida revista de literatura juvenil on-line www.eltemplodelasmilpuertas.com.

[Agradecimientos a Montena por el ejemplar]

PD: Ignorad el juego de palabras del final de la reseña, solo... ignoradlo.