The (Vladimir Nabokov) Experience
The (Classic) Experience es una sección de Lector Empedernido -como si yo fuera el único intelectual que reseña clásicos- en la cual haré pequeñas reseñas de las novelas clásicas que vaya leyendo (desgraciadamente, son pocas). Esta sección es aperiódica, es decir, tendréis una entrega siempre que a mi me salga del monóculo.
Lolita, de Vladimir Nabokov.
Humbert Humbert es un hombre víctima de la maldición de las nínfulas: solo las niñas de entre doce y catorce años pueden despertar sus más bajos instintos, su parte más animal, sus deseos más oscuros incompatibles con la moralidad. H. Humbert, a los trece años, fue incapaz de cumplir esos mismos deseos con Annabel, una hermosa chica de su edad, a causa de una vigilancia paterna excesiva. La chica murió meses más tarde de tifus. Desde entonces, su fantasma, el fantasma de esa suave piel y belleza pubescente, le persigue. Desde entonces, Humbert Humbert intenta satisfacer esa hambre que no pudo saciar con su amor de juventud dentro de la legalidad. Y por fin, el destino, gracioso él, hace que encuentre a Lolita, luz de su vida, fuego de sus entrañas.
-Paremos en la próxima estación de servicio -dijo entonces Lo-. Quiero ir al lavabo.
-Paremos donde quieras -dije.
Y entonces, el verdor de una arboleda encantadora, solitaria, arrogante (robles, creo; en esa época los árboles norteamericanos estaban más allá de mis conocimientos) devolvió el eco de nuestro motor, un camino rojizo y cubierto de helechos volvió su cabeza a nuestra derecha antes de entrar en el bosquecillo y sugerí que quizás...
-Sigue -chilló agudamente mi Lo.
-Está bien, no te enfades.
(¡Abajo, pobre bestia, abajo!)
La miré de reojo. Afortunadamente, la niña sonreía.
-¡Puerco! -exclamó sin dejar de sonreírme dulcemente-. ¡Criatura repugnante! Yo era una niña pura como una perla, y mira lo que has hecho de mí. Debería llamar a la policía y decirle que me has violado. ¡Oh, puerco, puerco, viejo puerco!
¿Bromeaba? En sus absurdas palabras vibraba una siniestra histeria.
No sé cómo Lolita llegó a mis manos, es decir, no sé qué impulso me hizo comprarlo. Solo recuerdo estar en la librería, preguntando si tenían un libro que debía leer para una asignatura de la facultad, y cuando el dependiente fue a buscármelo, vi Lolita en un estante, mirándome a través de sus gafas de sol, seduciéndome tímidamente. Y cogí
Recuerdo que, en 4º de la ESO, mi profesor de castellano nos definió la literatura, si no me falla la memoria y sin querer resultar apócrifo, como aquellos textos que provocaban una experiencia estética en el lector, normalmente una sensación agradable. Y debo decir que la obra de Nabokov ha sido de todo menos agradable. He sentido asco, repulsión, miedo, indignación, pena, tensión, nervios. Me ha puesto el corazón en un puño y no me ha dejado dormir.
Las descripciones, por su parte, son excesivas, lo que puede resultar pesado para algunos. La novela escasea en diálogos, por lo que es mayormente narrativa y descriptiva. En ocasiones, la mayoría de ellas, no hay ningún problema en que sea así, pero en otras puede hacerse algo tedioso, como al inicio de la segunda parte. Sin embargo, en esas descripciones reside la magia de la novela: desde las fantasías de Humbert Humbert en los parques, que os repugnarán como nada os ha asqueado hasta el momento, como
Voy a pasar al tema que a más de uno le interesará tratándose de una novela que trata un tema tan delicado: las escenas de sexo. Jamás, en mi vida, he leído unas escenas eróticas tan bien descritas, tan elegantemente cuidadas: todo son metáforas de lo más refinadas, distinguidas, que lejos de provocarnos una risilla tímida, pensaremos "¿Cómo no se me ha ocurrido nunca llamarlo así?". Así que, a los que se
Además, no me gustaría acabar esta crítica al estilo de Nabokov sin mencionar un hecho que no hace más que incrementar su valor: Vladimir Nabokov, ruso de nacimiento y ruso de habla, escribió una obra entera, esta, en inglés, una lengua ajena a la suya materna, creando todo un nuevo estilo.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita.
Respecto al final... os puedo asegurar, os juro, que nunca he sufrido tantísimo con una novela. Nabokov will rape your minds.
En definitiva, ya sea para que se os revuelvan las entrañas, para sufrir, para que se os parta el alma o para que
9 comentarios:
Lolita es uno de esos libros que siempre miro de reojo en la librería, lo cojo, me lo miro por todos lados, y finalmente lo vuelvo a dejar. Creo que esta reseña ha supuesto el empujón que necesitaba para acabar de decidirme.
No te negaré que me da cierto reparo por el tema que trata, ¿pero cómo voy a no leerlo después de tu opinión sobre él? :)
A ver si nos vemos prontico, Matthew. ♥
Has captado a la perfección todo lo que sentí al leer la novela. Lo cierto es que la obsesión de Humbert con Lolita, rayana en lo enfermiza, repulsa y atrapa a la vez, es como cuando ves una película de terror, te tapas la cara con las manos y sin embargo no puedes evitar mirar entre los dedos. Creo que eso es gracias a que Humbert relata de manera elegante y no obscena eso que tan bien has señalado, lo de las escenas de sexo y los momentos íntimos entre los protagonistas. También coincido contigo en que el comienzo de la segunda parte es algo tedioso, pero la prosa es tan buena que no resulta aburrida.
Con respecto a la película, la adaptación de Adrian Lyne me gustó muchísimo, incluso más que la de Stanley Kubrick (demasiado blanda por culpa de la época en la que se estrenó), pero he leído que Nabokov señaló en varias ocasiones que, aunque Humbert tiende a retratar a Lolita como insinuante, la ''culpa'' es suya; que Lolita solo es una niña y no hay excusa que valga para justificar a Humbert. Si eso es cierto, la película de Lyne estaría dando una visión totalmente equivocada de lo que es la actitud de Lyne. Pese a todo, yo creo que de las dos adaptaciones que hay, la de 1997 es más fiel al libro, sin duda.
En fin, que me ha gustado mucho tu reseña y que coincido al 100% con ella. :)
Un abrazo.
@Hermy: la de Kubrick no la he visto, pero intentaré hacerlo durante el verano xD
SPOILERS
Sobre la actitud provocadora o no de Lolita... no sé, en el libro bien parecía que (al principio, al menos) lo iba buscando... En todo caso, si son imaginaciones de Humber Humbert, la película de Lyne supongo que retrata bien esa visión incorrecta de Lolita que tiene Humbert.
¡Saludos y gracias por comentar :D!
Este es un libro que tengo que leer :) excelente reseña!
Qué bonito y poético todo. La verdad es que tenía muchas ganas de leer la novela, pero al mismo tiempo me daba bastante reparo porque cuantas más expectativas tienes con un libro de esta categoría, más te suele decepcionar. Al final la culpa de que me leyera Lolita es única y exclusivamente tuya. Perversa, desgarradora y magistral, así es esta novela. Hay algunos pasajes sobre todo al final del libro que son bochornosamente detallistas, pero el maravilloso estilo de Nabokov compensa con creces cualquier posible reparo. La historia, los personajes, la insana obsesión que se desprende de cada una de sus páginas... todo es magnífico, encantador y brutalmente sincero. Excelente reseña (y excelentes fotografías).
Holi.
Tengo esta novela desde años años en mi casa, en una edición de estas de cuero marrón sin portada ni nada. Aunque no la he leído, creo que tiene uno de los mejores comienzos de la literatura. Lo-li-ta. Algún día daré el paso, la sacaré de entre mis libros "antiguos" y a ver qué tal.
Te ama ardientemente,
Miss Andvari ♥
No me llamaba tanto la atención, pero ahora con tu reseña me has dado muchas ganas de leerlo.
Besos.
Patata, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Pa-ta-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Pa.Ta.Ta.
Era Pa, sencillamente Pa, por la mañana, de un milímetro cuarenta y ocho de grosor su piel pelada. Era Tortilla con los huevos. Era Papa en América Latina. Era Brava cuando le echabas salsa. Pero en mis brazos era siempre Patata.
Cada día eres más el literato que llevas dentro, Matt. Qué gusto leerte de nuevo.
Me dejaron ayer justamente Lolito, de Ben Brooks, que le da la vuelta a las tuercas de esta novela. Quizá me anime en verano y lea Lolita antes.
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