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lunes, 14 de julio de 2014

The (Jane Austen) Experience III

The (Classic) Experience es una sección de Lector Empedernido -como si yo fuera el único intelectual que reseña clásicos- en la cual haré pequeñas reseñas de las novelas clásicas que vaya leyendo (desgraciadamente, son pocas). Esta sección es aperiódica, es decir, tendréis una entrega siempre que a mi me salga del monóculo.


Orgullo y prejuicio, de Jane Austen

orgullo y prejuicioEs una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa. Es algo que todo el mundo sabe, hasta el mismo susodicho, y es que se trata de una verdad tan arraigada en las mentes de su vecindad que poco les importa los sentimientos del desdichado y adinerado caballero, pues cada una de las familias que lo rodean lo consideran de su legítima propiedad o de la de una u otra de sus hijas.
A decir verdad, no hay nadie quien tenga tan presente esta regla universal como la señora Bennet, y aunque su comportamiento llegue a parecer exagerado o incluso ridículo, su situación no es para menos: cinco hijas, la mayor de las cuales ya raya los veintidós años, una renta escasa para tan amplia familia, y una hacienda que, a la muerte de su marido, pasará a un desconocido primo de este. ¿Cómo podría pensar en otra cosa que no fuera el matrimonio en tal situación?

Es por ello que la familia queda totalmente trastocada cuando Netherfield Park, una mansión de la vecindad, es alquilada por el joven, atractivo, soltero y, más importante, adinerado (¡5000 libras al año!) señor Bingley. ¡Y cuán afortunada se siente la señora Bennet cuando se percata de la evidente preferencia que siente el joven, atractivo, soltero y adinerado Bingley por su hija mayor, Jane!
Pero no todo iba a ser tan maravilloso: las hijas menores, Kitty y Lydia, son dos bobaliconas que se dedican a perseguir a los oficiales del regimiento acampado en Meryton. Y Bingley no viene solo: le acompañan sus altivas y clasistas hermanas y un amigo más rico que él (¡¡10000 libras al año!!), el señor Darcy, pero orgulloso, demasiado orgulloso, por lo que Elizabeth, la segunda de las señoritas Bennet, no tardará en despreciarlo y en jurar que jamás bailará con él.

—Reconozco —dijo Darcy— que no tengo la habilidad que otros poseen de conversar fácilmente con las personas que jamás he visto. No puedo hacerme a esas conversaciones y fingir que me intereso por sus cosas como se acostumbra.
—Mis dedos —repuso Elizabeth— no se mueven sobre este instrumento del modo magistral con que he visto moverse los dedos de otras mujeres; no tienen la misma fuerza ni la misma agilidad, y no pueden producir la misma impresión. Pero siempre he creído que era culpa mía, por no haberme querido tomar el trabajo de hacer ejercicios. No porque mis dedos no sean capaces, como los de cualquier otra mujer, de tocar perfectamente.
Darcy sonrió y le dijo:
—Tiene usted toda la razón. Ha empleado el tiempo mucho mejor, Nadie que tenga el privilegio de escucharla podrá ponerle peros. Ninguno de los dos toca ante desconocidos.

pride-and-prejudice__1Orgullo y prejuicio es uno de esos clásicos, como tantos otros, de los que popularmente se tiene un concepto totalmente distorsionado, probablemente a causa de esta popularidad. La idea tradicional postula que se trata de una de las mejores novelas de amor de toda la literatura, concepto similar al que se tiene de Cumbres borrascosas, y me pregunto a qué nivel se horrorizaría Austen al ver que su obra ha sido tan simplificada a través de dos siglos. Que nadie me malinterprete, pues no estoy diciendo que el público lector sea cada vez más tonto y más simple, aunque sí se ha ido haciendo más amplio y, por lo tanto, menos intelectual y selecto (no, esto no era una defensa del elitismo literario, sino una simple observación). Lo que sí ha cambiado y lo que sí perjudica la lectura y la comprensión de Orgullo y prejuicio es la sociedad. Si queremos entender bien las novelas de Austen, o al menos acercarnos a lo que probablemente quería transmitir la autora (de lo cual, en cualquier escritor, nunca podremos estar totalmente seguros y no es la única lectura que podemos extraer), tenemos que tener un conocimiento básico de esta sociedad tan característica que nos muestra Jane Austen: la sociedad burguesa inglesa de finales del XVIII y principios del XIX.

No, la sociedad de Austen no es victoriana. Normalmente se conoce por el nombre de georgian society, ya que este período histórico coincidió con el reinado de Jorge III; se trata de los años en los que Inglaterra se vio sacudida por la Guerra de Independencia Norteamericana, la posterior pérdida de las Trece Colonias, la Revolución francesa, las invasiones napoleónicas y el inicio de la Revolución pride-and-prejudice__3Industrial; sin embargo, todos estos fenómenos no interesan en la obra de Austen: nuestra autora nunca habla ni de política ni de historia (muy al contrario de lo que hacía otro autor con tendencias realistas coetáneo a Austen, Honoré de Balzac), sino que se limita a mostrar su sociedad y el comportamiento humano dentro de esta: se trata de una sociedad burguesa, campestre, que vive de las rentas y desprecia el comercio y cuyos únicos entretenimientos eran la lectura, los paseos, las cartas y los bailes; y que, por encima de todo, ansiaban el prestigio que comportaba la compañía de la nobleza.

A partir de todo esto podemos entender el comportamiento de la señora Bennet y de sus hijas menores (Lydia y Catherine), ciertos deseos de la señorita Bingley y la reverencia que despierta lady Catherine de Bourgh en el señor Collins y en la mayoría de personajes de la novela..., excepto en Elizabeth Bennet. Efectivamente, todos los personajes que cumplen cada una de las características de lo que sería un individuo corriente de la georgian society son completamente ridiculizados mediante una aguda sátira a lo largo de la novela.

Sin embargo, Lizzy, la adorada y popular Elizabeth Bennet, la que la comunidad janeite alza como la mejor heroína de Jane Austen y su preferida (no me incluyáis en este grupo), tampoco queda libre de burla, no, al menos a mi parecer. El hecho de que el desprecio de Elizabeth hacia Darcy se inicie en un comentario tan banal como «No es lo bastante guapa como para tentarme» (algo que fácilmente podría haber olvidado), dice mucho del orgullo que también se encuentra en Lizzy, pero no solo eso: si nos fijamos, los sentimientos de Elizabeth empiezan a cambiar en cuanto visita a Pemberley, incluso bromea sobre ello con su hermana Jane. Por otro lado, podemos fijarnos en el propio Darcy, que si bien cuenta con una personalidad y una historia, podemos observar dos aspectos curiosos: que lo que más le define es ser el amo de Pemberley y de la mitad de Derbyshire y que su nombre es «Fitzwilliam»; en las Chatsworth_Bridgelenguas anglosajonas, el prefijo «fitz» acostumbra a significar «hijo de», y aunque no conocemos el nombre del antiguo señor Darcy, el padre de Fitzwilliam, fácilmente podría ser este «William»: así, el tan adorado Fitzwilliam Darcy no sería más que el hijo de alguien y el poseedor de una mansión. Así, la digna Elizabeth, la defensora a capa y espada del matrimonio por amor, de la dignidad, acaba enamorándose (gradual y sutilmente) de una casa y de una abultada renta, no de un hombre.

No podría acabar este intenso alegato, en que se ha convertido la reseña, sobre la sátira social que representa en realidad Orgullo y prejuicio sin hablar de la maravillosa prosa de Austen: me gusta definirla como «ordenada» porque ese es el efecto que produce, las palabras están donde corresponden y Jane Austen consigue con ello que pensemos lo que tenemos que pensar, que nos hagamos una idea determinada (aunque ello pueda difuminarse a causa del paso del tiempo). Pero lo que en realidad cabe destacar es la fina ironía austeniana, tan bien disimulada que a ojos de un lector ingenuo no es apreciable (en mi primera lectura, todo me lo tomé en serio, y así de poco me gustó), pero que a ojos de un lector atento y conocedor de esa sociedad, no dejará de despertar en él sonrisas divertidas y grandes y espontáneas carcajadas.

pride-and-prejudice__2No me queda otra, pues, que recomendar fervientemente la lectura de Orgullo y prejuicio, pero no la recomendaría a todo el mundo como primera incursión en Austen. Orgullo y prejuicio, aunque no es la obra más compleja de la escritora inglesa (considero que este puesto corresponde a Mansfield Park), sí es la más satírica e irónica, la más aguda y la que ofrece más interpretaciones, por lo que se trata de una lectura que tiene que hacerse cuidadosamente para poder ver más allá de la historia de amor que se nos ha dicho popularmente que ofrece.

408 págs * 12,50€ * Ediciones Cátedra (Letras Universales)
*Edición conmemorativa 30 años de Letras Universales*

13 comentarios:

Anónimo,  14 de julio de 2014, 14:28  

Cuando la gente dice que es una novela de amor yo directo entro en coma xDDDDDDD

Lau Rhead 14 de julio de 2014, 19:03  

Hola! Tengo que confesar que no he leído nada de la autora y aunque me pica la curiosidad no termino de animarme. Tarde o temprano lo leeré, eso seguro ;) Gracias por la reseña, besos!

María Iona 14 de julio de 2014, 20:39  

Muchísimas felicidades por esta genial reseña! Creo que has acertado completamente al comentar la obra dentro de su contexto histórico pues demasiadas veces, estos libros son analizados como hijos de nuestra época lo cual es (estoy de acuerdo contigo) un error.
Creo que leer a Jane Austen requiere muchas veces tomar algo de perspectiva sobre su obra general y también en ocasiones una reelectura. Por ejemplo, mi novela favorita de la autora es Mansfield Park y una lectura superficial de la misma podría llevar a pensar que simplemente nos encontramos ante una historia de amor entre dos amigos (muy manida, por cierto), en cambio siempre he creido que Austen lo que pretendía en la novela es reflexionar sobre la influencia de la educación en la infancia o adolescencia sobre el desarrollo futuro, (claro está, entre otras muchas cosas). ¿Tú tienes la misma visión?
Un saludo!!

Romina 14 de julio de 2014, 21:53  

Hola!
No es la primera vez que leo que Elizabeth se enamora de Darcy cuando visita Pemberley, y es cierto, pero en mi opinión no lo hace por la majestuosidad de la propiedad, sino por el cambio que se puede apreciar en Darcy cuando allí se encuentran. El Darcy de Pemberley es muy distinto del que ella conoce. Primero por lo que cuenta su criada, la mujer que lo conoce desde pequeño y que describe un hombre muy distinto al que imaginan las Bennet, y un rato después, el primer encuentro y el paseo por la propiedad, en donde Darcy se muestra mucho más atento, vulnerable y caballeroso. Luego también se lo ve interactuando con la hermana y, ya conociendo la verdadera historia de ella con ... (ahora no me acuerdo el nombre del bobo ese... perdón!!) yo creo que todo esto es lo que hace cambiar la forma en que Lizzy "ve" a Mr. Darcy y la verdadera naturaleza de su cambio de sentimientos. Mi argumento falla cuando Lizzy misma le dice a Jane que se enamora al ver la mansión, pero sin embargo, romántica como soy, no puedo dejar de pensar que eso es sólo una pose para no parecer tan vulnerable ante la hermana que se sorprende del cambio repentino en el corazón de Lizzy.
(He puesto esto con el ánimo de debatir, espero nadie se sienta ofendido por mi opinión)

Hermy 15 de julio de 2014, 11:32  

Me ha gustado mucho esta otra visión que has ofrecido de Orgullo y prejuicio. Agradezco la contextualización y los apuntes que haces sobre la época porque a mí se me escaparon cuando leí el libro hace años.
Dentro de poco me adentraré en Sentido y sensibilidad, y será la segunda novela de Austen que lea. Espero que me guste tanto como Orgullo y prejuicio y estaré con todos mis sentidos alerta para captar esos aspectos que en una lectura superficial se obvian.

¡Saludos!

Cris 22 de julio de 2014, 13:33  

Estoy sorprendida de que después de todo este tiempo en el que Orgullo y prejuicio te define como lector, no lo hubieras reseñado antes. No sé si me explico.

Anónimo,  25 de julio de 2014, 19:36  

Me ha gustado tu reseña y coincido con vos en que se reduce la novela, muchas veces, solo a una novela romántica, que lo sigue siendo, pero también es verdad que la autora busca una reflexión a partir de la ironía sobre la sociedad en la que se movía, sobre las normas en las que esa sociedad se asentaba.
Sin embargo, no estoy de acuerdo con vos en que Lizzy se enamora de Dracy por la propiedad y la renta. Es verdad que se enamora de él cuando va Pemberley, pero no por eso, sino porque, como dijo Romina en un comentario anterior, conoce otra parte de él que que no conocía, sobre todo, por la manera en que protegía a su hermana. Igual, también creo que ver los jardines y la mansión ayudan a que los sentimientos de ella cambien.
Besos.

Matt 26 de julio de 2014, 10:45  

@Romina
@Dany nphenix:


A pesar del tono dogmático de mi reseña, cada uno es libre de hacer la lectura de Orgullo y prejuicio que quiera. Sin embargo, tengo que añadir algo más: sí, Elizabeth puede enamorarse de Darcy por todos los elogios que oye de la señora Reynolds, pero tenemos que tener en cuenta una cosa: un escritor no deja nunca nada al azar. ¿Por qué descubrimos esta faceta de Darcy justamente en Pemberley? Podría habérselo explicado en su carta, los sentimientos de Lizzy podrían haber cambiado en Rosings o en Longbourn. Pero no, cambian en Pemberley, solo allí se produce un giro radical en los sentimientos de Eliza.
Y sería muy aburrido y fácil que Austen dijera, directamente, "Lizzy se enamoró de una casa y una renta", ¿no?

¡Saludos y muchas gracias por comentar!

PD: No me malinterpretéis y os toméis a mal mi respuesta, ¿eh? xD ¡Me encanta debatir diversos puntos de vista! :)

Mel. 27 de julio de 2014, 13:49  

Mira que apareces muy de vez en cuando, pero cuando escribes, ESCRIBES. No te miento cuando digo que es la mejor reseña que he leído de Orgullo y Prejuicio. No sé si es porque sólo sigo 'blogs' llevados por niñas deseosas de leer historias de amor y ya todo lo que leen es "amor, amor y más amor"... no lo sé; no obstante, eres el primero que por fin entiende lo que Jane Austen quería transmitir y CASI estoy de acuerdo con tu opinión. ¿Casi? te preguntarás. Los comentarios anteriores se han fijado en lo mismo que yo: ¿cuándo se enamora Elizabeth de Darcy? En mi opinión, no hay un momento exacto en el que digas que Elizabeth se enamora de Darcy, sí que hay atracción, sí que hay miradas, pero sólo sabemos que hay amor cuando Darcy le pregunta por segunda vez la tan esperada pregunta y ella responde de forma completamente diferente a la primera.

Cada vez que leo Orgullo y Prejuicio llego a la conclusión de que ni la propia Austen lo sabía.

(Claro está, esta es sólo mi opinión)

PD: No escribes entradas que importan tres pimientos, simplemente las personas no aprecian el valor que tienen.

Matt 27 de julio de 2014, 17:34  

@Mel:

¡Hola, Mel! Gracias por tu comentario y tus halagos, me alegra saber que te ha gustado tanto la reseña.
Respondiendo a tu pregunta, siento contradecirte, pero si uno presta atención (yo estuve con el lápiz en la mano y subrayando continuamente), podemos apreciar un gran giro en los sentimientos de Elizabeth desde la visita de Pemberley. Lo que se había convertido en respeto a partir de la carta, se convierte en amor si bien Lizzy no dice claramente "estoy enamorada de él" (no sabría afirmarte esto, pues no lo recuerdo), pero sí vemos actitudes que nos muestran claramente sus sentimientos: como ejemplo, en el capítulo 50 dice que "ansiaba su cariño cuando ya no podía esperarobtenerlo" y en el capítulo 57, justo antes de la segunda declaración, Lizzy se siente dolida cuando su padre se burla de la posibilidad de que Darcy esté enamorado de ella (te lo digo con tanta exactitud porque he revisado mis anotaciones).

Sin embargo, admito que tal vez me ha pasado con Orgullo y prejuicio como teme Eliza que le haya pasado con Darcy, que "hubiese visto demasiado mucho" en esta relectura.

De nuevo, muchas gracias por comentar. A uno siempre le animan (y necesita) estos halagos :)

Nefelly 28 de septiembre de 2014, 18:35  

Hola, la verdad es que hace un tiempo encontré tu reseña explorando por internet y quería comentar pero se me dificultaba hacerlo en el celular (el cual perdí y no recordaba tu blog); Pero ya que tengo la fortuna de estar aquí de nuevo, al fin podré hacer mi comentario. (:

Primero que nada, tengo que admitir que era de esas chicas patéticas que veía solamente una historia de amor, porque primero vi la película,(cabe aclarar) y eso me llevo a querer saber más, sabía que la historia no se podía quedar así y que había algo más profundo.

La verdad es que Orgullo y Prejuicio la he leído varías veces, me quedo claro que no sólo era una historia(de amor, como muchos creen), si no que también eran criticas hacia actitudes y acciones de una sociedad o hacía las actitudes y acciones de individuos en la sociedad (y en mi opinión, todavía existen o perduran ciertos rasgos).
Estoy bastante de acuerdo con tu reseña, es de las mejores que leído, para ser honesta; hasta el punto donde llegas al tema del enamoramiento de Elizabeth por Mr. Darcy; Tú comentas que ella se enamora o cambian sus sentimientos hacía él, cuando ella visita Pemberley, y queda asombrada por la propiedad (que puede ser un factor del cambio); Pero Lizzy, ya estaba bastante aturdida en cuanto sus sentimientos hacia Darcy desde la primera declaración y la carta que recibe después de está; ahí es cuando ella se empieza a hacer preguntas sobre él, y tal vez donde ella se empieza a dar cuenta que siempre hubo una pequeña atracción desde el inicio y que conforme lo conoce, en este caso cuando visita Pemberley, se da cuenta de como es realmente Mr. Darcy, ya que a él lo ayuda mucho que se encontraran ahí, estaba en su zona de confort y es donde él se siente más comido para ser él mismo y demostrarle a Elizabeth que es una persona diferente a la idea que tenía.

Admito que no descarto del todo tu teoría sobre el cambio que hace Lizzy en Pemberley, si en la actualidad, en varias culturas y/o varios individuos se fijan más en el dinero y en lo que poseen las personas, que en los sentimientos, emociones y la personalidad de la persona; admito que es un factor que pudó impulsar a Elizabeth al cambio de sus sentimientos pero no creo que sólo haya sido ese motivo. Yo de verdad creo, que Eliza siempre se sintió atraída hacia él (obviamente esto fue creciendo), tal vez ella por ser tan prejuiciosa con él, no sé dió cuenta de lo que ella sentía por él, se dejo llevar por lo primero que supó de él y no darse a la tarea de conocerlo.

También he creído que no sólo era prejuciosa, también era orgullosa; varios comentan; Darcy es el orgullo, Elizabeth, el prejuicio; pero yo creo que ambos tienen su dosis de orgullo y prejuicio; como yo, como tú y como todos en algún momento de nuestras vidas.

Quiero acabar diciendo que me he vuelto fan de la obras de Jane Austen, me ha ayudado a comprender muchas cosas, ya que muchas todavía perduran. Admito que voy a leer Orgullo y Prejuicio tantas veces me sea necesario. Hasta el momento es mi libro favorito de Jane Austen, y me estoy encargando de leer los demás y de seguir aprendiendo de sus escritos y emplearlos en mi vida.

Sé que este post tiene mucho tiempo, pero espero recibir alguna respuesta, si no, esperó al menos que alguien lea este humilde comentario. (:
¡Saludos!

Matt 28 de septiembre de 2014, 23:23  

@Nefelly:

¡Hola!
Primero, ¡gracias por comentar! Segundo, me pides que te responda, pero en realidad ya lo he hecho: todo lo que pienso está en la reseña, e incluso en mi respuesta al comentario de @Mel; lo que yo observé es que Elizabeth se enamora cuando ve Pemberley. Sí, allí se entera de que Darcy es un hombre bueno, allí comprueba su verdadera forma de ser porque, como dices, es su zona de confort..., pero aquí está la clave: es en Pemberley, solo en Pemberley, donde Elizabeth se da cuenta de todo ello y se enamora. Sí, las impresiones de Lizzy empiezan a cambiar a partir de la carta de Darcy y la primera declaración, entonces deja de odiarle y le respeta, pero solo eso, todavía no le ama; es en Pemberley donde se opera ese cambio, precisamente a partir de su vista. ¿Por qué en Pemberley, símbolo del poder y la riqueza de Darcy, y no en otro lugar?

¡Saludos y gracias por comentar!

White Ideas 30 de octubre de 2014, 23:19  

Me ha encantado tu intenso alegato *

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Las fotos originales de las cabeceras han sido buscadas en Wehearit.

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